19990803

EL SENTIMENTALISMO RACIONAL DE VIDA POLÍTICA

Una idea muy presente en nuestros días, no solo a nivel familiar o social, sino también político y empresarial, es “pensar” con los sentimientos y manifestarlos de modo “racional”. Dándole un aire moderno o progresista a la argumentación de origen sentimental. Me explico en el siguiente párrafo.

Pasa a veces en los dirigentes políticos cuando no se cumple lo que querían conseguir, que aparece un sentimiento de tristeza, de desaliento, o de frustración en ellos por no haber conseguido el objetivo que se habían propuesto. Este malestar suele producir una reacción sentimental –de rabia, de ira-; que se intenta racionalizar para hacer ver a los ciudadanos que eso injusto, sencillamente porque no es lo que querían. Claro, cuando uno lee en un medio de comunicación las respuestas “racionales” ante unos hechos que han ocurrido, no hay quien entienda esta “reacción justa o progresista” a menos que sepas la motivación sentimental que hay detrás.

Bajo mi punto de vista, esto es lo que ha sucedido en la Comunidad de Madrid con el señor Simancas, que intenta argumentar desde un sentimiento de rabia por no haber conseguido lo que quería. Ya que su actitud con Tamayo y Sáez es bastante poco racional y su afán de gobernar es desmedido, y difícilmente argumentable.

Los políticos, creo por tanto, que no se deben de preocupar tanto de si salen sus propuestas, sino de si esa solución es la mejor para bien común, es decir para el orden social.