19990824

CRISPACIÓN POLITICA

Nos sule ocurrir a todos, que nos quedamos asombrados al oir hablar a alguien que lo haga bien. Aunque, la verdad, solo haya unos pocos que además digan algo de interes. Por qué, si depués del asombro, reflexionamos, leemos o escuchamos alguna matización, caemos en la cuenta de que, a veces, no es tan alucinante lo que hemos escuchado, y que es, más que nada, algo, tan solo, bonito, si cabe.

Esta idea puede sevir para explicar lo que le preocupa a Manuel Marín, presidente del Congreso de los Diputados, acerca de estos "días calientes" en la política española. Las formas en el Congreso, y habitualmente en cualquier sitio, para expresar una convicción política, es algo que hay que cuidar, para el señor Marín y para cualquier ciudadano con sentido común. Ahora bien, un diputado, o un grupo político, tiene que ser consciente de la responsabilidad de defender un interes de un grupo de ciudadanos mayoritario, minoritario, o medio. Y esto exige fortaleza que, a veces, puede ser no del todo elegante. Pero es esencial mantenerse en esa postura, para guardar esos principios que se defienden, en nombre de muchos o pocos que exigen todo el respeto del mundo. Despreciar a un grupo político por no cuidar las maneras, es despreciar a ciudadanos, que esperan ser representados.