20050408

PASO HACIENDO EL BIEN

El funeral del Juan Pablo II, ha sido un acontecimiento histórico, multitudinario, solemne y cargado de claras muestras de afecto por parte de los presentes, y no presentes.

Pero, si nos fijamos en los "duros golpes" que ha recibido en su vida, es difícil dar explicación a lo que hemos visto en la plaza de San Pedro. Sólo si nos fijamos en todo lo que se ha dado a los demás, en todo lo que se ha entregado en su tarea, se puede entender, esta respuesta masiva.

Y es que, de niño perdió a su madre. De joven a su padre y a su hermano. Sufrió la persecución Nazi en su época de estudiante, y el totalitarismo Comunista, años después. Además de un atento y múltiples incomprensiones durante su pontificado. La explicación de que esto le haya hecho crecer tiene que ver con su talla humana, y su cercanía a Cristo, que le han hecho que, en vez de haber acumulado resentimiento y odio, se haya desbordado en amor a los demás y a Dios.

Y esto se ha visto cuando ha condenado la injusticia, cuando ha apoyado al desvalido, cuando ha tenido palabras de atención y cariño para todos, cuando ha escuchado, cuando a perdonado y pidio perdón, cuando ha estado pendiente de los acontecimientos mundiales, o locales, para alentar , condenar o ayudar ante una situación. Cuando ha sido constante, en el cumplimiento de las líneas genérales de su pontificado. Cuando ha dicho Si, a ser otro Cristo en la tierra.

¡Cuando tenemos que aprender, todos, de este Papa! A través de su Magisterio, de su biografía y de sus más cercanos amigos y colaboradores.